sábado, 14 de marzo de 2009

VA POR DENTRO














Hoy no habrá recomendaciones ni críticas. Hace un tiempo estupendo, ideal para excursiones, escapadas, rutas, paseos, ascensos, descensos, emboscadas, visitas y viajes... Pero no acabo de encontrar los ánimos para llevar a cabo ningún plan de esos.

Hace tan sólo dos días los medios de comunicación recordaban algo que desearíamos no tener que rememorar nunca; hace cinco años y dos días tuvo lugar la tragedia que más de cerca nos haya tocado, y si cabe esa tragedia se hace mucho más grande cuando sabemos que procede de la demencia y la sinrazón de los hombres, y que fue ejecutada por su propia mano...



Esa mañana nos despertó un familiar; llamó por teléfono con la urgente necesidad de confirmar que estábamos todos bien y asegurarse de que no nos había pasado nada... Nos contó las primeras noticias que le habían comunicado a través del Ministerio: había estallado un tren en Madrid y había al menos 15 fallecidos... Lo siguiente que recuerdo es que me quedé sentado toda la mañana frente a la televisión, y escuchando la radio, llorando sin comprender una catástrofe se iba haciendo más grande cuantos más datos llegaban, intentando digerir algo que me superaba... Después de despertarme esa mañana, tardé muchas noches en poder conciliar el sueño...

Imposible olvidar que 192 personas fueron privadas de continuar con su vida y con sus sueños (hablaban de 190, pero Ana estaba embarazada de Samuel, el niño que iba a tener con Jesús 2 meses después, y el pequeño Nicolás falleció 2 días después de nacer, como consecuencia de las heridas que su madre sufriera en el atentado)... más de 1800 personas resultaron heridas, y más allá de las heridas físicas, está la terrible mutilación psicológica y emocional, provocada por la mayor pesadilla que jamás pudieran imaginar. Siguen preguntándose por qué y cómo...por qué paso... por qué les tocó a ellos... por qué tuvieron la suerte que a otros se le negó... y cómo van a conseguir superar todo eso...

Lola, desecha en lágrimas, se preguntaba por qué era todo tan injusto... porqué no podría abrazar nunca más a Raquel, ni disfrutar de la sonrisa más bonita de toda Málaga... Raquel, que había terminado su licenciatura en marketing, que empezaba a trabajar en una gran empresa y tenía tantos proyectos junto a Carlos...

No puede soportar la insistente letanía de todos y cada uno de los medios de prensa y televisión, repasando las imágenes de la masacre y recordándoles algo que no necesitan recordar, porque nunca se ha marchado de su memoria... Tiene toda la razón, aunque se equivoca en algo;

No son necesarias las imágenes explicitas, pese a que para muchos de los responsables de los medios de comunicación una imagen impactante es una venta segura y un beneficio instantáneo...
No son necesarias las crónicas e imágenes de nuestros políticos, que hacen gala de su miserable condición de aves de rapiña, empeñados en arrebatarle votos al de enfrente utilizando como arma un hecho tan espantoso, removiendo el dolor, los sentimientos y la conciencia de tanta gente herida...
Pero sí es necesario recordarnos, a todos los que tuvimos la inmensa fortuna de no sufrir directamente ese terror, que todo eso sucedió y que arrebató toda perspectiva a un montón de personas más o menos próximas a nosotros, gente que sufrió una pérdida irreparable, que hace todo lo posible por restañar las heridas y continuar con su vida, aunque sepa que una parte muy importante de ella se quedó entre Madrid y Guadalajara, un 11 de marzo de 2004...

No alcanzo a imaginar lo que habrá tenido que sufrir Rubén, y lo que seguirá sufriendo; siempre recordará las últimas palabras que escuchó de Angélica y todo lo que no pudo decirle... Todos han buscado un medio para superar el duelo y continuar, y Jesús encontró su tabla de salvación en la escritura. Tras perder a su mujer y a su hijo, elaboró un diario en el que refleja los esfuerzos por seguir adelante, su "desesperado deseo por ser tratado de nuevo como una persona normal..."

Adjunto un fragmento. Me descubro ante Jesús, y por más que lo leo no dejo de sorprenderme de su entereza, lucidez y la extraordinaria capacidad que ha demostrado para sobreponerse:

Escribir, una vía de escape. [...] «Hoy me encuentro ante una pared difícil de superar, buscando desesperadamente resquicios que me ayuden a escalarla. Pequeños lugares en los que apoyar mis sentimientos, mi sangre, mi corazón...

Hoy trato por primera vez de enfrentarme a la complicada labor de escribir todas estas sensaciones, que navegan perdidas por mi triste corazón, en la más eterna y cruel de todas las soledades.

Tantas preguntas quedarán para siempre sin respuesta que a veces es complicado de digerir. Es como tratar de beber de un vaso lleno de arena, notando cada grano como una espina que se clava en el alma con más fuerza aún que la anterior.

Tal vez escribir sea una vía de escape, como si mi corazón ansiara de esta forma poder ver la luz de un nuevo sol, para así transformar en palabras cada lágrima y sentir cómo se deslizan por entre las sombras leves gotas de esperanza». [...]


Volver junto a ella. «La presencia de cada uno de los objetos que utilizaba en su vida cotidiana puede convertirse en un motivo más de dolor cada vez que se repara en ellos. Pero es imposible eliminar tantas sensaciones; aunque se desee “limpiar” de dolorosos recuerdos el hogar que contempló su vida, es inútil tarea, pues las propias paredes guardarán eternamente su
fragancia y en cada ocasión que los ojos se cierren su imagen recorrerá cada estancia de aquella casa.

La vida es un camino de obstáculos que en ocasiones se presentan en forma de inmensos abismos casi imposibles de atravesar. Pero una de las enseñanzas que te deja una mortal puñalada como ésta es que por muchas heridas, por miles de golpes que reciba el corazón,
es necesario levantarse, apretar los dientes y seguir, caminar... volver a vivir.

En alguna ocasión sentí como si deseara permanecer dormido el resto del tiempo. Imaginar que en un suspiro todo llegara a su fin, la soledad, el dolor, su ausencia... Viajar hasta lo más eterno de la oscuridad para volver a estar junto a ella, para toda nuestra eternidad, pero es justo en ese momento cuando más vuelvo a sentir su voz... como si deseara enviarme un mensaje de esperanza, palabras de vida, sentido de un nuevo sol...».

Cuatro meses después. [...] «Han transcurrido poco más de cuatro meses desde aquel día en que el caprichoso destino decidió golpearme de la forma más cruel y oscura que supo idear. Demasiado tiempo, o tal vez muy poco aún, para estar seguro de nada. Únicamente transformado en un experto en el más insufrible de los dolores, trato en cada amanecer de mirar aquellos colores que aún pueden ser vistos en esta vida».

«Hoy miro hacia el reciente y oscuro pedazo de mundo que he atravesado y no soy capaz de entender qué o quién ha guiado mis pasos. Supongo que cada soplo de aire que he recibido en todo este tiempo ha conseguido empujar mis pasos hacia adelante. Quizá haya sido la necesidad de seguir suplicando al viento por encontrar un pequeño instante de calma, un pedazo más de vida con que alimentar mi sonrisa». [...]


Mi mente está muy lejos del eterno debate sobre terrorismo y democracia, de la legitimidad o no de usar la fuerza para defender según que derechos... Sólo estoy con las víctimas y sus familias.

Quiero expresar mi más profunda admiración por Pilar Manjón, presidenta de la Asociación de Victimas del 11-M, que perdió a su hijo Daniel con 20 años y aún así ha sacado fuerzas para luchar por el respeto a la verdad y a la memoria de todos los que allí murieron. Pilar, nunca te dejes vencer por el desánimo, ni por el oportunismo amarillista de ese sector de prensa de la más detestable calaña, verdaderos mamporreros del fascismo que de puro hipócrita se llenan la boca de buenas palabras mientras intentan ensuciar y malograr todo lo bueno y honrado de este mundo...

Sé que no soy quien para recordaros algo tan terrible como esto, y desconozco si alguno de vosotros sufrió una pérdida como esta en esos atentados. Si es así solo puedo pediros mis más sinceras disculpas... Pero no encuentro forma mejor de sacar toda esta angustia, la desazón que me provoca descubrir que a pesar nuestra humanidad: nuestra fragilidad, nuestro coraje, nuestra compasión, nuestra entrega... el ser humano es capaz de cometer las mayores atrocidades.

Porque no dejo de recordar; porque esa tragedia nunca debería haber ocurrido; porque desearía que el 11 de marzo de 2004 no hubiese existido ni apareciese en los calendarios; porque llevo 3 años haciendo el mismo recorrido que todas esas personas hicieron por última vez en su vida, cogiendo el mismo tren y pasando por las mismas estaciones; porque nadie merece tanto dolor... y porque el dolor, cuando va por dentro, es más fuerte, hago también mía la consigna que cientos de miles de voces gritamos dos días después de los atentados en las calles de Madrid: "¡¡¡¡íbamos todos en ese tren!!!!"...

Y puedo afirmar que una parte de mí también viajaba en ese tren...

Por último, he adjuntado el videoclip del maravilloso homenaje de La Oreja de Van Gogh titulado "Jueves", incluido en su último LP "A las 5 en el Astoria". Una de las más bellas canciones que haya escuchado jamás...

2 comentarios:

dolor de muelas dijo...

Excelente entrada... Algo que no olvidaremos nunca aunque no haya pasado en nuestro suelo.

Un Saludo desde Costa Rica.


http://dolordemuelas.ticoblogger.com
http://eljuiciodeares.ticoblogger.com

C.F.C dijo...

Sinceramente me llego mucho lo que escribiste :)

suerte..