viernes, 12 de febrero de 2010

THE ROAD

Antes de ayer por la tarde lo tenía todo planeado para ver el último film (amado y odiado a partes iguales) de James Cameron "AVATAR", porque a pesar de todas las opiniones que se hayan podido verter, sucede (imagino que a vosotros también os pasará) que la opinión que vale es la de uno mismo. Y resulta que me fascina el cine de Ciencia Ficción, así que...

Una olvidada cita con el médico (y recordada en el último momento) me obligó a rehacer mis planes, y es que ¡¡Son 161 minutos de película!!! ¡Si tengo que entrar en la sesión de las 10, saldría casi a la 1 de la madrugada...!!!

Valorando mis opciones reparé en una de esas películas estrenadas de tapadillo, de las que oyes comentarios o lees reseñas pero no acabas de ubicar:"THE ROAD" (LA CARRETERA). Yo había leido que esta película cerró el pasado Festival de Cine Fantástico de Sitges, donde recibió una muy buena acogida, que la protagoniza Viggo Mortensen y que su temática giraba en torno al fin de la humanidad...




La historia de THE ROAD transcurre en un mundo pos-apocalíptico, arrasado por un misterioso cataclismo del que no se desvela nada, salvo que "COMENZÓ CON UNA EXPLOSIÓN DE LUZ..." Tampoco existe ninguna referencia geográfica, ni se conoce el nombre de los protagonistas.
El sol está oculto tras una perpetua capa de ceniza, nieva ceniza y se respira ceniza. La tierra no es capaz de sustentar vida y muere poco a poco, ha desaparecido todo vestigio de vida animal, sólo quedan tierra seca y árboles muertos... Constantemente llueve y la comida y el combustible son bienes muy escasos. Los pocos seres humanos que han sobrevivido a la catástrofe son nómadas o han sucumbido a la locura y se arraciman en clanes tribales que sobreviven mediante el saqueo y el canibalismo.

En este mundo agonizante y destruido, un padre y su hijo viajan rumbo sur hacia la costa, alimentados por la esperanza de encontrar un lugar mejor, lejos del eterno frío y donde haya seres humanos como ellos. Sólo pueden seguir el curso de una Carretera vacía, ayudados por un destrozado mapa, y su viaje se convertirá en una lucha por la supervivencia. El padre hará todo lo posible por proteger a su hijo, un niño que a pesar de haber conocido únicamente horrores y miseria no alberga sino inocencia y buenos sentimientos, y un obstinado empeño por ayudar a todos los vagabundos que encuentran en su camino. En su recorrido tendrán que vivir de lo que saquean y encuentran en las casas y vehículos abandonados. Sólo llevan consigo lo que quepa en sus mochilas y en un destartalado carrito de supermercado. Aparte de las bandas de salteradores caníbales, tendrán que hacer frente a verdaderos horrores, como restos humanos asados en parrillas o gente prisionera mantenida en condiciones infrahumanas con el único fin de servir de alimento.

Viajan sólos, y llevan una pistola con dos balas. El padre ha enseñado a su hijo como utilizarla en caso necesario, y ambos tienen claro que el suicidio es la única alternativa ante el riesgo de caer en manos de algún grupo de antropófagos. Solo se tienen el uno al otro, y para cada uno, el otro es "El Mundo Entero". Se aferran a la desesperada y ferviente creencia de que aún existe un núcleo de valores en algún lugar de la humanidad y se repiten constantemente que "DEBEN BUSCAR A LOS BUENOS, COMO ELLOS" y que "ELLOS LLEVAN EL FUEGO".

Es una historia muy bien construida, donde la ciencia ficción se centra en la posibilidad, no tan descabellada, de que en un futuro no tan lejano se produzca una catástrofe como ésta. Esta concesión a la fantasía deja espacio para el desarrollo de una historia muy cruda, donde la lucha por la supervivencia no se centra tan sólo en encontrar alimento y mantenerse a salvo de los canibales y saqueadores. Hay una lucha aún mas encarnizada que se libra en el corazón y en la mente del padre protagonista, una lucha por mantener viva la esperanza de encontrar calor y humanidad, cuando todo lo que viven y todo lo que les rodea no hace sino demostrar que no hay salvación, cuando le faltan las fuerzas y sabe que se está muriendo...

Hay una conversación muy interesante entre Viggo Mortensen y Robert Duvall, que interpreta un breve pero fantástico papel en la película, como vagabundo ciego. En dicha conversación surge una inquietante pregunta: "¿está uno verdaderamente preparado para afrontar algo así?"
Girando en torno a esta pregunta surgen otras cuestiones a medida que vamos visualizando la película: ¿A qué punto de desesperación puede llegar un ser humano para verse despojado de su humanidad y no diferenciarse de un animal depredador? ¿Hasta que punto puede una persona resistir para mantener la esperanza y proteger lo que le es más querido? ¿Qué es lo que estaría dispuesto a hacer?

Paralelamente a la historia de su viaje, y a modo de Flashback, el director entrecruza pequeños pasajes previos a la catástrofe: Nuestro protagonista vive con la madre de su hijo, embarazada en esos momentos; una noche se despierta y contempla por la ventana como se inicia el fin del mundo que conoce. Abrumada por la desesperante y desoladora situación, ella decide suicidarse y abandona a ambos. La racionalidad y calma con la que lleva a efecto su decisión es "su último gran regalo" para el hombre y su hijo.

Entre los actores que componen el reparto sobresale Viggo Mortensen (el padre). El papel del hijo está más que correctamente interpretado por Kodi Smit-McPhee y Charlize Theron (siempre fantástica) desempeña el rol de la madre. Otros actores que intervienen son Robert Duvall o Guy Pierce.

El argumento de la película está basado el novela del mismo título, escrita por Cormack McCarthy, con la ganó el Premio Pulitzer en 2006. Ya se ha adaptado otra de sus novelas anteriormente, "No es país para viejos", dirigida por Los hermanos Cohen en 2007.

También a destacar: el español Javier Aguirresarobe (Tierra, Los Otros, Mar Adentro, Vicky Cristina Barcelona, Luna Nueva...) es el director de fotografía en esta fantástica producción.

Veredicto: Dura, descarnada, y muy gris. No esperéis una película de zombis radioactivos ni de virus letales. Sólo seres humanos en la más terrible y desesperada situación, llevados al límite. Es una película que asusta por la realidad, o mejor dicho, la posibilidad que plantea. Y lo que a veces (no siempre) es bueno: hace pensar.

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